Me siento en la rivera de mi vida.
Observo mis caminos recorridos y por recorrer,
Gente a mi alrededor que no entienden sus caminos,
los recorren por recorrer, sin darle importancia
a todo lo que sucede en este camino de vida…
A mi lado se sienta una dulce doncella.
Sin querer viro mi vista a sus caminos, me acerco sigilosamente.
Sin decir nada observa una lágrima que cae de mi rostro,
veo caer una lentamente del suyo también.
Sus caminos están maltratados por otras personas
quienes quieren ver sufrir a los demás,
estas cosas los hacen felices.
Me acerco un poco más
y , sin ninguna intención beneficiosa para mi persona, le digo lentamente:
“Linda doncella que has de botar tu alma por cada lágrima que corre en tu rostro dulce y delicado, por razones ajenas a tu voluntad esos demonios te consumen, te debilitan hasta llegar a destruirte; no los dejes hacerlo, lucha por tu presente para tener un destino seguro. Observa mis manos, están callosas, sangrantes de tantas luchas para mantener mi camino seguro y crear un destino seguro. Observa mi rostro, está deteriorado, desfigurado, maltratado, por tanto llorar cada vez que me siento derrotado, por tantas noches que paso pensando en esas personas que comparten mis caminos. Mira mis rodillas sangrantes por tantas veces q he caído. No maltrates tu cuerpo ni pierdas tu alma por una lucha que sólo se gana cuando se pelea con el corazón como tu espada, el alma como tu escudo y tus sentimientos como tu corcel…”
Con su voz dulce me respondió:
“¡Oh caballero que llegas a mi rivera! Eres atrevido por dirigirte a mí sin conocerme. Pero tus palabras son lindas mas mi camino está perdido por el mal que me busca y me destruye poco a poco, pero a pesar de que intento ignorarlo, se debilita mi coraje al luchar…”
“Linda doncella – le dije - el mal existe en mi camino, igual como en el camino de todos. Luchar es querer limpiar, mas no erradicar es casi imposible. Mi camino esta sucio de dolor, tanto por el odio de otras personas, como por el sentimiento de mi familia que cada vez se destruye más….Luchemos esta batalla juntos, peleemos sin descansar; pero recuerda algo, esta vez estaré aquí para ayudarte, aunque distante estan nuestros caminos; pero mi corazón está contigo; pelearemos por una misma causa, para acabar con el demonio del qué dirán, el demonio de la envidia, el demonio del chisme, el demonio que nos hace sufrir aquí en el pecho, destruyendo a esas personas quienes osan hacernos daño; pelearemos sin golpear, dormiremos sin soñar, llegaremos a tiempo sin correr, lloraremos sin lágrimas y ganaremos, ¡ya veras que ganaremos! Sólo por el hecho de que nuestros corazones son reales, nuestras ganas son sinceras y nuestras almas son fuerte como el oro…”
Tristemente es la realidad de dos héroes de la vida, jóvenes luchadores. Una en su mansión, el otro en su choza, pero de mismo corazón, esto los hace iguale.
Pero sobre todo los hace especiales.
Todos podemos aceptar al prójimo sin dejarnos llevar por diferencias sociales y mucho menos diferencias superficiales.
No soy religioso, pero soy humano, quiere al que está a tu lado, porque algún día necesitarás de él y cuando llegue ese día pagarás todo el mal que has causado…
Observo mis caminos recorridos y por recorrer,
Gente a mi alrededor que no entienden sus caminos,
los recorren por recorrer, sin darle importancia
a todo lo que sucede en este camino de vida…
A mi lado se sienta una dulce doncella.
Sin querer viro mi vista a sus caminos, me acerco sigilosamente.
Sin decir nada observa una lágrima que cae de mi rostro,
veo caer una lentamente del suyo también.
Sus caminos están maltratados por otras personas
quienes quieren ver sufrir a los demás,
estas cosas los hacen felices.
Me acerco un poco más
y , sin ninguna intención beneficiosa para mi persona, le digo lentamente:
“Linda doncella que has de botar tu alma por cada lágrima que corre en tu rostro dulce y delicado, por razones ajenas a tu voluntad esos demonios te consumen, te debilitan hasta llegar a destruirte; no los dejes hacerlo, lucha por tu presente para tener un destino seguro. Observa mis manos, están callosas, sangrantes de tantas luchas para mantener mi camino seguro y crear un destino seguro. Observa mi rostro, está deteriorado, desfigurado, maltratado, por tanto llorar cada vez que me siento derrotado, por tantas noches que paso pensando en esas personas que comparten mis caminos. Mira mis rodillas sangrantes por tantas veces q he caído. No maltrates tu cuerpo ni pierdas tu alma por una lucha que sólo se gana cuando se pelea con el corazón como tu espada, el alma como tu escudo y tus sentimientos como tu corcel…”
Con su voz dulce me respondió:
“¡Oh caballero que llegas a mi rivera! Eres atrevido por dirigirte a mí sin conocerme. Pero tus palabras son lindas mas mi camino está perdido por el mal que me busca y me destruye poco a poco, pero a pesar de que intento ignorarlo, se debilita mi coraje al luchar…”
“Linda doncella – le dije - el mal existe en mi camino, igual como en el camino de todos. Luchar es querer limpiar, mas no erradicar es casi imposible. Mi camino esta sucio de dolor, tanto por el odio de otras personas, como por el sentimiento de mi familia que cada vez se destruye más….Luchemos esta batalla juntos, peleemos sin descansar; pero recuerda algo, esta vez estaré aquí para ayudarte, aunque distante estan nuestros caminos; pero mi corazón está contigo; pelearemos por una misma causa, para acabar con el demonio del qué dirán, el demonio de la envidia, el demonio del chisme, el demonio que nos hace sufrir aquí en el pecho, destruyendo a esas personas quienes osan hacernos daño; pelearemos sin golpear, dormiremos sin soñar, llegaremos a tiempo sin correr, lloraremos sin lágrimas y ganaremos, ¡ya veras que ganaremos! Sólo por el hecho de que nuestros corazones son reales, nuestras ganas son sinceras y nuestras almas son fuerte como el oro…”
Tristemente es la realidad de dos héroes de la vida, jóvenes luchadores. Una en su mansión, el otro en su choza, pero de mismo corazón, esto los hace iguale.
Pero sobre todo los hace especiales.
Todos podemos aceptar al prójimo sin dejarnos llevar por diferencias sociales y mucho menos diferencias superficiales.
No soy religioso, pero soy humano, quiere al que está a tu lado, porque algún día necesitarás de él y cuando llegue ese día pagarás todo el mal que has causado…
Dedicado a una dulce doncella…
MaGuS_MaGu…
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